Redes
Tome usted un fragmento de información y póngalo en relación con
otro fragmento de información. Así de sencillo. Por ejemplo: con sus tarjetas
de Metro y débito podemos trazar una línea de unión que nos proporciona datos.
Esa información nos lleva hasta su banco, en cuyos extractos encontramos el mapa
de sus desplazamientos diarios. Sabemos dónde va usted, dónde realiza sus compras.
Si unimos sus datos a los de otras personas con sus mismos hábitos de movilidad
o consumo, averiguamos con quién ha podido usted reunirse, potencialmente. Añadimos
además la geolocalización de dispositivos móviles, y somos capaces de recrear
su vida al detalle. Todo esto no significa que el tal Ramiro Lucientes tuviera
intención alguna de hacer daño a Alejandro Pietro, mi malogrado socio, en
aquella esquina poco iluminada. Pero los motivos, créame, también se fabrican.